Tuesday, February 07, 2006




DEFENDIENDO LO DEFENDIBLE

Hay numerosos casos de discos que son rechazados, vapuleados y odiados por la prensa y a veces hasta por los consumidores generales de música. Unas veces con razón y otras sin el menor sentido.
Hay que reconocer que uno se deja llevar a veces por la lealtad absoluta hacia el músico, pero eso no quita que cuando un disco es malo es malo y punto. Yo puedo amar hasta a la muerte a los Dioses Reed y Young pero no puedo defender de ninguna manera desastres del tamaño de “The Bells” y “Trans” respectivamente, si puedo entender porque tales discos fueron concebidos de esa forma y hasta rescatar alguna canción de tales trabajos, pero no puedo rendirme de rodillas ante esos álbumes porque sean creados por ellos.
Las cosas claras un disco es malo acá y en Júpiter, por eso es que no entiendo el motivo por el que se dejan de lado ciertas obras para alimentar al olvido, obras como en esta en la que voy a hacer justicia, de una vez y para siempre.


NEIL YOUNG & CRAZY HORSE / “BROKEN ARROW” (1996)
Cuando este disco salió a la luz en Julio de 1996 era obvio que el idilio comercial entre Young y las masas había terminado, idilio que comenzara con “Rockin in the free World” y que tuvo su apogeo en la era grunge cuando se le llamaba a Neil el “Abuelo del Grunge”. literalmente los críticos y el publico en Gral. lo destrozaron.
La revista People lo catalogo “ uno de los peores discos del año” y revistas como la Spin ( quienes en 1993 habían nombrado al canadiense artista del año ) lo desecharon.
Stephen Thomas Erlewine desde All Music.Com, escribe sobre un disco “sin dirección alguna” y se pregunta por el propósito del disco.
Pero las criticas no solo vinieron de los de la vereda de enfrente, Alexis Petridis en un estudio sobre todas las canciones de Young catalogó al disco como “una sorprendente desilusión luego de “Sleeps with Angels”........” y critica los largos jams y la “falta de forma”de Crazy Horse, Jimmi Mc Donough ( autor de la biografía Shakey ) habla de que hay buenas canciones pero que hubiera resultado mejor editarlo como un Ep.
Es hora de la justicia, “Broken Arrow” es una maravilla para aquellos que gustamos del espíritu errante del Caballo Loco, de las extensas e hipnóticas jams que solo las bestias saben sostener. Es un trabajo de una hermosa belleza y de una gran carga emocional y melancólica , recordemos que el disco se grabo poco después del fallecimiento del Guru y eterno productor David Briggs ( ocurrida a fines del 95).
“Big Time” abre de manera soberbia el disco, un verdadero clásico de Crazy Horse, ¿ a quien se le podría ocurrir desechar un álbum que abre con semejante canción?, con una brillante sucesión de acordes el tema deja a Neil camino para que sus palabras recorran el camino.
“Todavía estoy viviendo el sueño que tuvimos / para mi todavía no termino” canta Neil en el estribillo y puede tomarse como una referencia a Briggs o al espíritu del Caballo Loco que nunca va dejar de estar presente, claro que esta demás decir que luego de cantar esto el canadiense se sumerge derecho en esas descargas eléctricas que te dejan con los pelos de punta.
Reconozcamos que no soy un estudioso en términos de técnica musical, pero conozco pocos bateros que logren con tan poco, los soberbios momentos que alcanza Ralph Molina con esa machacona base y con esa forma de tocar los platillos
La canción en su interior guarda algo del ambiente que surcaba el “Zuma” y que remite también al granero dónde fue registrado la obra máxima de Crazy Horse, “Ragged Glory”.
“Loose Change” sigue sosteniendo el disco, una armónica y a volar, cerra los ojos y despega los pies del suelo que el Caballo Loco te lleva a pasear por las nubes. El disco fue grabado entre medio de una residencia en un pequeño club de California llamado Old Princeton Landing y esa atmósfera se siente en este tema, otro largo e hipnótico jam que se mantiene gracias al muro que crean Talbot y Molina.
Llámenlo Crazy Horse en su momento de gloria o una sublime marcha de ascenso a quien sabe donde.
“Slip Away” nos hace bajar un momento y nos abre los ojos a un mundo psicodélico, Neil puntea y nos hace sentir las estrellas, “Cuando la música empieza ella desaparece” Esta canción es ideal para escucharla haciendo zapping en la TV con el volumen bajo en un cuarto oscuro y dejarse atrapar por las imágenes que despliega la pantalla en las paredes.
A ella no podremos alcanzarla, pero la música se materializa , sentimos su respiración y nos acompaña en una espiral en movimiento pausado.
Esta canción cobra nuevas formas en las diferentes interpretaciones a lo largo de la gira 96-97, se reinventa y se retuerce en interminables mantras eléctricos. ( a tener en cuenta la que aparece en el bootleg “Saratoga Horse Show” del 10 de agosto del 97 ).
“Changing Highways” es una nueva versión de un viejo tema del canadiense ( si no me equivoco, del 76 ) que trata sobre uno de los temas favoritos de Young : la carretera. Ideal compañera de la sublime “White Line” ( Ragged Glory ). Seria un pecado describirla, porque esta es de esas canciones que para saber de que se tratan hay que escucharlas y dejarse llevar por el sentimiento que emana.
“Scattered ( let`s think about livin’) es el tema claustrofóbico y confuso del disco, casi te diría que perturba, esta muy en la línea de “Sleeps With Angels” ( la canción), “Estoy equivocado / estoy en lo cierto / escucho tu nombre día y noche / cuando la música llame / ahí voy a estar / no mas tristeza / no mas preocupaciones / pensemos en vivir/ pensemos en la vida.”.
Con un irresistible riff, casi popero, empieza la lamentablemente cortisima “This Town” un pequeño dulce caramelo que se disuelve rápidamente en la boca, pero que deja un sabor duradero.
Y ahora si señores, de pie. “Music Arcade” es un soberbio himno a la melancolía y a la soledad, no hay feedback, ni ruido solo una simple y destartalada acústica que llega hasta los huesos. Podría estar sin problemas en “Tonight`s The Night” ( y no es joda ).
Parece mentira que con tan poco se llegue tan al alma......
“Alguna vez estuviste perdido / alguna vez te sentiste solo al final del día/ si / estoy hablando de estar deprimido/ quédate tranquilo /que no hay nadie en la vuelta/ solo un espejo y vos y yo/ y la pantalla de la TV”
Y para cerrar un cover de Jimmy Reed, “Baby, what you want me to do” registrado en vivo en uno de los shows en el diminuto Old Princeton Landing, con un instrumento mas agregado a la tracción del Caballo : el ambiente del club con las conversaciones y los ruidos de los vasos.
Y con esta larga jam blusera, todo cierra, y el disco tiene un rico y vital sentido : el de dejarse llevar.
“It`s all one song”, lo se, pero me encanta.

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